¡ATREVETE A PENSAR!

por José María Castillo
(Doctor en Teología y ex Sacerdote Jesuita)
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Cuando yo era niño, un día, al volver a casa del cole, le dije a mi madre que en la clase de religión me habían explicado que Dios no hay más que uno. Pero que Dios es uno de tal manera que, al mismo tiempo, en Dios hay tres personas distintas, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. O sea, que Dios es uno y tres al mismo tiempo. ¿Cómo se puede entender eso, mamá?, le pregunté. La respuesta fue tajante: "En eso no se piensa". Aquel día aprendí que hay cosas en las que no se puede pensar. Porque son indiscutibles. Así empezó la larga y penosa historia de mi bloqueo mental, en virtud del cual yo mismo he sido el implacable censor de mí mismo. Tengo la impresión de que esto, que me pasa a mí, es algo muy parececido a lo que le ocurre a mucha gente. Cada cual, en su intimidad secreta y seguramente sin saber lo que le pasa, se corta constantemente los caminos por los que puede avanzar en la incesante tarea de descubrir la verdad, comprender la realidad, salir de tantos engaños que la sociedad y la convivencia nos han contagiado. Hemos nacido en la cultura del "pensamiento único". Y el pensamiento estandarizado, configurado de acuerdo con los intereses del sistema, es la "cárcel de oro" en la que cada cual clausura su propia capacidad de buscar, de avanzar, de encontrar la verdad de las cosas, la explicación de tantos hechos que no sabemos explicar porque ni nos atrevemos a pensar en ellos. A partir de este sencillo planteamiento, ofrezco este blog a quienes estén interesados en luchar contra sus propios miedos, sus inconfesables miedos, a pensar. Sólo de esta manera podremos empezar a ser verdaderamente libres. Y por eso también, creativos. Los eternos asustados a pensar son (somos) parásitos sociales, que vivimos a costa de lo que piensan otros por nosotros y para nosotros.
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1 comentario:

  1. Aceptando la invitación a pensar, lanzo esta idea que también vengo fraguando desde hace mucho tiempo. No todo lo que nos han contado es verdad. Me refiero al dogma católico. Creo que la verdad no se encierra en la ortodoxia, sinó que se expande también por la heterodoxia. Si nos fijamos en todos los textos apócrifos rechazados en el canon de pensamiento único de la gran Opresora, vemos que hay entre ellos muchas verdades contenidas, siempre y cuando los leamos desde la libertad de conciencia y nunca desde los prejuicios del axfisiante e hipócrita dogmatismo católico. Entre los textos apócrifos y gnósticos perseguidos y quemados, y posteriormente milagrosamente recuperados (parcialmente) se encuentra la esencia verdadera del cristianismo que tanto irrita a la secta vaticana. Leamos desde la libertad del espiritu y de conciencia estos textos, merece la pena.

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